"EL CARBÓN APAGADO NO QUEMA, PERO MANCHA".

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Se cuenta que Sofronio, un virtuoso ciudadano romano, tenía una hija muy hermosa llamada Eulalia. En cierta ocasión su hija le pidió permiso para visitar a Luciana, una mujer con no muy buenos principios, por lo que Sofronio le negó su autorización. ¿Me crees demasiado débil?, Respondió indignada Eulalia. Sofronio, tomó un carbón apagado y le pidi ó a su hija que lo sostuviera en su mano. Al ver que la joven dudaba, el padre le aseguró que no se quemaría. Eulalia obedeció y su blanca mano se vio inmediatamente manchada. Al ver esto la joven, muy molesta, le dijo a su padre que debían tener mucho cuidado para manejar el carbón. Es verdad respondió el padre porque aunque no queman, tiznan. Lo mismo ocurre con las malas compañías y conversaciones. En muchas ocasiones creemos que el mantener conversaciones o una amistad con alguien que no tiene una vida correcta, que se expresa de manera inadecuada, que no acepta consejos sino que se empeña en vivir desordenadamente no nos afectará. Si b

LA CIENCIA DEMUESTRA QUE EL CEREBRO RECONOCE LA EXISTENCIA DE DIOS...

EE.UU.- El cerebro humano puede reconocer la existencia de Dios, inclusive si a una persona nunca se le enseñó a creer en el Dios eterno.
Una investigación de 
National Geographic, ha descubierto la posibilidad que la creencia en Diosestá integrado en nuestro cerebro, según publica Charisma News.
"Psicólogos y antropólogos consideran que los niños abandonados tendrían algún concepto de Dios. Algunos atribuyen esto a nuestro sentido innato de la detectar patrones en el mundo (en cuanto a discernir a los depredadores o presas en la naturaleza), mientras que otros creen que se trata de una "súper sensación" o una tendencia del conocimiento para concluir que fuerzas ocultas trabajan en el mundo para el bien o parar el mal", dice el doctor Shaheen Lakhan.

Andrew Newberg, que investiga activamente la "neuroteología", realizó varios estudios evaluando lo que suceden en el cerebro cuando una persona ora o medita. Después de ocho semanas de oración, "experimentaron mejoría de alrededor del 10 o 15 por ciento".
"Esto sucede sólo después de ocho semanas con 12 minutos de oración al día, así que ya se puede imaginar lo que ocurre en las personas que son profundamente religiosas y espirituales, y que están haciendo estas prácticas durante horas al día, durante años", dijo Newberg.
"Estamos seguros de que la meditación y la oración ayudan a reducir la depresión, la ansiedad y la tensión arterial. Básicamente a alterar la fisiología de la persona y, en la mayoría de los casos, de manera positiva”, manifestó Newberg. Algunos todavía no pueden negar la presencia de Dios.
En un artículo para Washington Post, el ateo Elizabeth King escribe que ella no puede desprenderse de la idea de la existencia de Dios. "La idea de que Dios es real me molesta y me hace pensar que tal vez no soy tan dedicado a mis creencias como me gustaría pensar que soy y me gustaría ser. Tal vez inconscientemente tengo miedo al infierno y quiera ir al cielo cuando muera”.

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