Esto se debe a que no existen dos seres humanos
iguales en el mundo y todos tenemos diferentes preferencias, creencias,
ideales, etc.
Con cada amigo compartiremos distintos aspectos de
nuestra vida. Están los amigos del barrio, de la escuela, de la universidad,
del trabajo y hoy en día debemos incluir a aquellos que se conocen a través de
las redes sociales (que para algunos no se trata de verdaderos amigos). Con
todos ellos tendremos los códigos propios de cada grupo.
Los seres humanos somos sociales por naturaleza y
la amistad es uno de los vínculos principales. ¿Qué es la amistad? Se trata de
una clase de "lazo afectivo" que surge de la empatía o capacidad de
ponernos en el lugar de otra persona.
Todos necesitamos tener amigos. Algunos tienen más
amigos que otros y comúnmente se los llama "amigueros". Mientras que
a otros les cuesta mucho hacer amistad y casi no tienen amigos. Lo cierto es
que, con el paso del tiempo y a medida que vamos madurando, nuestras relaciones
de amistad se vuelven más profundas.
Veamos cuatro posibles categorías de relaciones,
según el grado de confianza que exista entre las personas:
-Conocidos: Son las personas que conocemos en el
camino, compañeros de escuela o de trabajo, aquellos que nos presentan
socialmente y con quienes realizamos ciertas actividades. Con ellos, solo
intercambiamos saludos, sonrisas y breves conversaciones. Aquí podemos incluir
a nuestros vecinos.
-Compañeros: Son las personas con las que
compartimos una tarea y el compromiso que esta implica. En esta categoría
entran aquellos con quienes compartimos un trabajo temporario, la práctica de
algún deporte o instrumento. La relación dura lo que dura el objetivo a
alcanzar y luego se interrumpe.
-Amigos: Son las personas con quienes compartimos
muchas más cosas y se convierten en nuestros confidentes. En ellos ponemos
muchas más expectativas que en un conocido o un compañero. Los amigos suelen
ser pocos pero buenos.
-Familiares: Los miembros de nuestra familia, ya
sea que convivamos o no, son quienes mejor nos conocen y saben cómo somos y
cómo pensamos.
Una persona puede tener dos tipos de dificultades a
la hora de hacer amistad. Por un lado están los que dicen: "Yo tengo un
millón de amigos", lo cual significa que tiene muchos amigos, sin embargo,
en la mayoría de los casos no es cierto, porque si uno analiza su vida se da
cuenta de que no tiene ninguno. Por lo general, son personas superficiales que
no pueden desarrollar amistades profundas. Y por otro lado, están los que
declaran: "No me interesa tener amigos, prefiero estar solo".
A su vez, la amistad puede presentar distintos
grados o niveles. A saber:
Los amigos que se ven con frecuencia
Se ha comprobado que cuanto más nos vemos con
alguien, más proximidad tenemos. Compartir experiencias cotidianas alimenta una
amistad. Sin embargo, la cotidianeidad no siempre asegura la amistad. Con
nuestros compañeros de la primaria pasamos siete años juntos, compartiendo la
mayor parte del día de lunes a viernes, y una vez que terminamos si nos
cambiamos de escuela, no volvemos a vernos.
Los amigos que tienen la necesidad de
verse
La amistad genera un grado de compromiso mayor que
la cotidianidad, lo cual provoca el deseo de encontrarse con el otro para
compartir algo. Esto ocurre porque nos identificamos con nuestros amigos y nos
sentimos atraídos hacia ellos, aun teniendo personalidades distintas. Por
ejemplo, una persona introvertida puede hacer amistad y disfrutar la compañía
de alguien extrovertido.
Los amigos cuyo sentimiento es mutuo.
Podríamos equiparar la amistad con el enamoramiento
que sentimos hacia nuestra pareja cuando recién nos conocemos. A veces comienza
por uno solo pero tarde o temprano se transforma en un sentimiento mutuo. Si
esto no ocurre, el sentimiento decae y no se forja una amistad.
COPIADO...
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