"EL CARBÓN APAGADO NO QUEMA, PERO MANCHA".

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Se cuenta que Sofronio, un virtuoso ciudadano romano, tenía una hija muy hermosa llamada Eulalia. En cierta ocasión su hija le pidió permiso para visitar a Luciana, una mujer con no muy buenos principios, por lo que Sofronio le negó su autorización. ¿Me crees demasiado débil?, Respondió indignada Eulalia. Sofronio, tomó un carbón apagado y le pidi ó a su hija que lo sostuviera en su mano. Al ver que la joven dudaba, el padre le aseguró que no se quemaría. Eulalia obedeció y su blanca mano se vio inmediatamente manchada. Al ver esto la joven, muy molesta, le dijo a su padre que debían tener mucho cuidado para manejar el carbón. Es verdad respondió el padre porque aunque no queman, tiznan. Lo mismo ocurre con las malas compañías y conversaciones. En muchas ocasiones creemos que el mantener conversaciones o una amistad con alguien que no tiene una vida correcta, que se expresa de manera inadecuada, que no acepta consejos sino que se empeña en vivir desordenadamente no nos afectará. Si b

¿Qué pasa cuando somos rechazados?


A través de un estudio realizado por la Universidad de California se llegó a la conclusión de que el rechazo produce en el cerebro la misma reacción que el dolor físico. El rechazo duele. ¿Por qué? Porque el mensaje que hay detrás de él es: “No te quiero”.

No debemos confundir el rechazo con el abandono, cuyo mensajes es: “Te quiero pero no puedo estar con vos”. Dicho de otro modo:
Abandono es: No puedo tenerte conmigo.
Rechazo es: No quiero tenerte conmigo.
El rechazo es más doloroso que el abandono.
¿Qué pasa cuando somos rechazados? ¿Por qué nos quedamos estancados en el rechazo?
La persona rechazada queda detenida en esa etapa emocional en que recibió el rechazo. El tiempo pasa, pero el tiempo emocional se detiene. Hay una herida abierta, y esa herida abierta levanta un muro, una pared para protegerse, para no volver a ser lastimada. De manera consciente o inconsciente quien ha sufrido el rechazo utiliza una forma de relacionarse perjudicial para sí mismo y para su entorno.

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