EL DUELO...
El duelo es ese proceso doloroso y
difícil de aprender una nueva manera de relacionarnos; antes la persona estaba
presente activamente afuera y ahora ya no está más. Esa ausencia del otro
afuera es lo que nos causa ese dolor enorme.
Supongamos que tenemos dos opciones:
• Nunca más en toda la vida tener dolor pero tampoco poder amar, o
• Poder amar toda la vida con el riesgo de sentir dolor.
Supongamos que tenemos dos opciones:
• Nunca más en toda la vida tener dolor pero tampoco poder amar, o
• Poder amar toda la vida con el riesgo de sentir dolor.
¿Cuál elegirías? Seguramente te
inclinarías por la segunda opción. Cada vez que sintamos dolor, recordemos que
duele, sí, pero que también fue el riesgo que corrimos al elegir amar. Si amo,
necesariamente me “apego” y eso implica que la muerte “me separa” de esa
persona amada. Lloramos porque hemos amado profundamente.
El amor le da sentido a la vida, nunca nos parecemos tanto a Dios como cuando amamos, porque Él es amor.
Las cosas más significativas son las que vienen con el dolor de la pérdida. ¡Seguí eligiendo amar a pesar de los riesgos!
El amor le da sentido a la vida, nunca nos parecemos tanto a Dios como cuando amamos, porque Él es amor.
Las cosas más significativas son las que vienen con el dolor de la pérdida. ¡Seguí eligiendo amar a pesar de los riesgos!
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