"EL CARBÓN APAGADO NO QUEMA, PERO MANCHA".

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Se cuenta que Sofronio, un virtuoso ciudadano romano, tenía una hija muy hermosa llamada Eulalia. En cierta ocasión su hija le pidió permiso para visitar a Luciana, una mujer con no muy buenos principios, por lo que Sofronio le negó su autorización. ¿Me crees demasiado débil?, Respondió indignada Eulalia. Sofronio, tomó un carbón apagado y le pidi ó a su hija que lo sostuviera en su mano. Al ver que la joven dudaba, el padre le aseguró que no se quemaría. Eulalia obedeció y su blanca mano se vio inmediatamente manchada. Al ver esto la joven, muy molesta, le dijo a su padre que debían tener mucho cuidado para manejar el carbón. Es verdad respondió el padre porque aunque no queman, tiznan. Lo mismo ocurre con las malas compañías y conversaciones. En muchas ocasiones creemos que el mantener conversaciones o una amistad con alguien que no tiene una vida correcta, que se expresa de manera inadecuada, que no acepta consejos sino que se empeña en vivir desordenadamente no nos afectará. Si b

Hermosa oración para el 25 de noviembre.

Padre celestial, hoy me presento ante ti con un corazón desbordante de dicha a darte gracias por el maravilloso regalo de la vida. Gracias por haber abierto mis ojos en esta mañana a tu maravillosa creación y ante todo gracias, porque eres un Dios bueno, justo y bondadoso, que colma mi vida de gozo, bendiciones y prosperidad.
Señor, Te pido que me acompañes y me guíes en cada momento de mi vida, pues cada día que pasa necesito más de Ti. Por favor ilumina mi senda con tu luz, tómame de la mano y llévame por caminos de gloria y buenaventura, aleja el enemigo mal intencionado, la enfermedad, la angustia y los problemas; pero ante todo te pido que me des la fortaleza para seguir adelante aun en las pruebas y dificultades, porque es tu gracia la que me sostiene y donde Tú estás no falta absolutamente nada.

Hoy saldré lleno de fe y esperanza a encontrarme con todo lo bueno que Tú, amado Dios, tienes preparado para mi vida, porque confío en tus planes y en tu obra perfecta. Todos mis triunfos y todas mis victorias de hoy y de cada día, serán en tu glorioso nombre, Señor.

Te pido también por mi familia y por las personas que amo y por medio de esta oración los pongo ante ti. Por favor apóyanos en nuestras jornadas y con nuestras obligaciones; acompáñanos durante el día y permítenos siempre regresar sanos y salvos a nuestra morada. Nos entregamos a tu divina presencia y todo nuestro ser, nuestro hogar y todo aquello que con amor y generosidad nos has dado, lo ponemos bajo tu fiel cuidado.


Amado Dios pongo en tus manos este nuevo día, todas mis ilusiones, mis problemas y mis necesidades. Tú sabes lo que es mejor para mí, que se haga siempre tu voluntad, Amén.

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