"EL CARBÓN APAGADO NO QUEMA, PERO MANCHA".

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Se cuenta que Sofronio, un virtuoso ciudadano romano, tenía una hija muy hermosa llamada Eulalia. En cierta ocasión su hija le pidió permiso para visitar a Luciana, una mujer con no muy buenos principios, por lo que Sofronio le negó su autorización. ¿Me crees demasiado débil?, Respondió indignada Eulalia. Sofronio, tomó un carbón apagado y le pidi ó a su hija que lo sostuviera en su mano. Al ver que la joven dudaba, el padre le aseguró que no se quemaría. Eulalia obedeció y su blanca mano se vio inmediatamente manchada. Al ver esto la joven, muy molesta, le dijo a su padre que debían tener mucho cuidado para manejar el carbón. Es verdad respondió el padre porque aunque no queman, tiznan. Lo mismo ocurre con las malas compañías y conversaciones. En muchas ocasiones creemos que el mantener conversaciones o una amistad con alguien que no tiene una vida correcta, que se expresa de manera inadecuada, que no acepta consejos sino que se empeña en vivir desordenadamente no nos afectará. Si b

Hazme oír por la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado; Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi alma.




Salmo de David.


143 Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;
Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.


2 Y no entres en juicio con tu siervo;
Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.


3 Porque ha perseguido el enemigo mi alma;
Ha postrado en tierra mi vida;
Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.


4 Y mi espíritu se angustió dentro de mí;
Está desolado mi corazón.


5 Me acordé de los días antiguos;
Meditaba en todas tus obras;
Reflexionaba en las obras de tus manos.


6 Extendí mis manos a ti,
Mi alma a ti como la tierra sedienta. Selah


7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu;
No escondas de mí tu rostro,
No venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.


8 Hazme oír por la mañana tu misericordia,
Porque en ti he confiado;
Hazme saber el camino por donde ande,
Porque a ti he elevado mi alma.



9 Líbrame de mis enemigos, oh Jehová;
En ti me refugio.


10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.


11 Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás;
Por tu justicia sacarás mi alma de angustia.


12 Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos,
Y destruirás a todos los adversarios de mi alma,
Porque yo soy tu siervo.

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