"EL CARBÓN APAGADO NO QUEMA, PERO MANCHA".

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Se cuenta que Sofronio, un virtuoso ciudadano romano, tenía una hija muy hermosa llamada Eulalia. En cierta ocasión su hija le pidió permiso para visitar a Luciana, una mujer con no muy buenos principios, por lo que Sofronio le negó su autorización. ¿Me crees demasiado débil?, Respondió indignada Eulalia. Sofronio, tomó un carbón apagado y le pidi ó a su hija que lo sostuviera en su mano. Al ver que la joven dudaba, el padre le aseguró que no se quemaría. Eulalia obedeció y su blanca mano se vio inmediatamente manchada. Al ver esto la joven, muy molesta, le dijo a su padre que debían tener mucho cuidado para manejar el carbón. Es verdad respondió el padre porque aunque no queman, tiznan. Lo mismo ocurre con las malas compañías y conversaciones. En muchas ocasiones creemos que el mantener conversaciones o una amistad con alguien que no tiene una vida correcta, que se expresa de manera inadecuada, que no acepta consejos sino que se empeña en vivir desordenadamente no nos afectará. Si b

NIÑA MUERE EN SU NOCHE BODAS.



Niña yemení de 8 años muere en “su noche de bodas”

Rawan era una niña yemení de ocho años que contrajo matrimonio con un hombre de 40 y murió, tras sufrir una hemorragia interna, la misma noche de bodas después de haber sido violada.

A pesar de la presión social, las autoridades del país no han tomado ninguna medida al respecto y rechazan abrir una investigación. Este tipo de casos no son excepciones en Yemen, allí las familias más pobres casan a sus hijas cuando todavía son niñas para evitar mantenerlas y, además, obtener una remuneración económica a cambio.

El “casamiento” entre hombres adultos y niñas impúberes es una práctica arraigada entre los islamistas, en virtud que el profeta Mahoma cuando tenía 52 años, tomó como esposa a Aisha cuando ésta tenía seis o siete años.

Según diferentes hadices, quien devino en cónyuge dilecta del Profeta, padecía una extraña enfermedad que le hizo perder su cabello, motivo por el cual, fue desflorada recién a los nueve, cuando ya su problema capilar cesó, lucía bella y había presuntamente cumplido su primer ciclo menstrual.

El ejemplo de las nupcias que contrajeron Mahoma y Aisha -evocada por los islámicos como “Madre de los Creyentes”- y la estricta aplicación de la Sharia, la ley coránica, es la excusa para que en la actualidad, en la República Islámica de Irán y otros países musulmanes se sigan consumando deplorables actos de pedofilia, amparados en la fachada de matrimonios legales.

“El ayatolá Seyyed Jomeini, quien derrocó al Sha de Irán Mohammad Reza Pahlevi en 1979 e impuso con mano férrea la Sharia en el país persa, se casó cuando tenía veintiocho años con una niña de diez. Jomeini, definió al matrimonio con una niña impúber “una bendición divina”, y aconsejó a los fieles: “Hagan todo lo posible para asegurarse de que sus hijas no vean su primera sangre en sus casas”.

Las enseñanzas del fanático ayatolá Jomeini, perduran a 23 años de su fallecimiento. Mohammad Ali Asfenani, un fundamentalista, a la sazón Presidente de la Comisión Parlamentaria Legal y Judicial de la República Islámica de Irán, dijo que su país tiene una obligación religiosa para reconocer legalmente los matrimonios de niñas de nueve años. En declaraciones a Khabar Online, Astefaní amplió su concepto:

“para aquellas personas que pueden no cumplir con nuestro actual sistema legal islámico, debemos considerar como la de nueve la edad apropiada para una niña que ha alcanzado la pubertad y califica para casarse. Hacer lo contrario sería contradecir y desafiar la ley islámica”.





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