"EL CARBÓN APAGADO NO QUEMA, PERO MANCHA".

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Se cuenta que Sofronio, un virtuoso ciudadano romano, tenía una hija muy hermosa llamada Eulalia. En cierta ocasión su hija le pidió permiso para visitar a Luciana, una mujer con no muy buenos principios, por lo que Sofronio le negó su autorización. ¿Me crees demasiado débil?, Respondió indignada Eulalia. Sofronio, tomó un carbón apagado y le pidi ó a su hija que lo sostuviera en su mano. Al ver que la joven dudaba, el padre le aseguró que no se quemaría. Eulalia obedeció y su blanca mano se vio inmediatamente manchada. Al ver esto la joven, muy molesta, le dijo a su padre que debían tener mucho cuidado para manejar el carbón. Es verdad respondió el padre porque aunque no queman, tiznan. Lo mismo ocurre con las malas compañías y conversaciones. En muchas ocasiones creemos que el mantener conversaciones o una amistad con alguien que no tiene una vida correcta, que se expresa de manera inadecuada, que no acepta consejos sino que se empeña en vivir desordenadamente no nos afectará. Si b

LA FUERZA DE LA CONSTANCIA.


De nada sirve empezar si no se toma la decisión de finalizar cuando el camino se torna difícil.
Todos sabemos de la dureza de una roca. Sin embargo, una simple gota de agua que no cesa de accionar sobre ella, logra perforarla, consigue su propósito tan sólo no bajando los brazos, sólo no dejándose vencer por los obstáculos que pueda encontrar en su trayecto.
Es cierto que en algunas circunstancias las fuerzas nos abandonan, que ya no queremos ni siquiera levantar la mirada para ver lo que nos falta seguir recorriendo; que las ideas parecen desvanecerse y continuar intentando se vuelve una fantasía.
Pero si lo que se persigue así lo exige, si lo que se necesita es vital para nuestro bienestar personal, familiar o comunitario; si se trata del sueño de toda una etapa de nuestra vida… deberemos aprender a ejercitar la voluntad de seguir, a dejar de lado el cansancio para recuperar fuerzas, a dejarnos iluminar para adentrarnos en el mundo de las posibilidades.-
Rendirse siempre es el camino más fácil, más cómodo y ¿quién no se deja tentar con ello?
No obstante los grandes éxitos y las mayores empresas no fueron adquiridas con el corazón flojo, con los brazos caídos y por la magia de una vara misteriosa.
Y es que precisamente, ese logro que se busca con más ahínco es el que merece el mayor esfuerzo, la constancia férrea de un vencedor.
Todo se trata de empezar de nuevo cada traspié que se cometa; de levantarse luego de una caída; de buscar salidas; de saber pedir ayuda; de no dejarse vencer.La constancia es precisamente ese valor que necesitamos poner a trabajar para convertirnos en la gota de agua que perfora la más dura roca, porque aunque la realidad se presente con esa dureza que nos deja heridas en el alma, todos tenemos a nuestro alcance la herramienta de la constancia, la tenacidad de insistir, un don con el que nacimos pero que olvidamos darle lugar para que nos transforme y revitalice. (COPIADO)

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