"EL CARBÓN APAGADO NO QUEMA, PERO MANCHA".

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Se cuenta que Sofronio, un virtuoso ciudadano romano, tenía una hija muy hermosa llamada Eulalia. En cierta ocasión su hija le pidió permiso para visitar a Luciana, una mujer con no muy buenos principios, por lo que Sofronio le negó su autorización. ¿Me crees demasiado débil?, Respondió indignada Eulalia. Sofronio, tomó un carbón apagado y le pidi ó a su hija que lo sostuviera en su mano. Al ver que la joven dudaba, el padre le aseguró que no se quemaría. Eulalia obedeció y su blanca mano se vio inmediatamente manchada. Al ver esto la joven, muy molesta, le dijo a su padre que debían tener mucho cuidado para manejar el carbón. Es verdad respondió el padre porque aunque no queman, tiznan. Lo mismo ocurre con las malas compañías y conversaciones. En muchas ocasiones creemos que el mantener conversaciones o una amistad con alguien que no tiene una vida correcta, que se expresa de manera inadecuada, que no acepta consejos sino que se empeña en vivir desordenadamente no nos afectará. Si b

Oración para el miércoles 20 de febrero.



Amado Dios, hoy me presento ante Ti, lleno de fe e ilusión a darte GRACIAS; gracias Señor por el sol que brilla anunciando un nuevo día, por el don de la salud, por mi familia, por nuestro hogar, por los alimentos que pones en nuestra mesa y por todos los maravillosos regalos que cada día recibimos de Ti.
Señor, hoy quiero poner en tus manos mi trabajo, en tu sabiduría mi camino y en tu amor mi vida y la vida de todas las personas que amo.

Por favor permanece siempre a nuestro lado y permítenos la gracia de alcanzar todo aquello que nos propongamos. Padre, yo confío en tus promesas, te venero con todo el corazón y sé que para Ti no existen imposibles.

Te pido que me ilumines con tu hermosa luz, que me tomes de la mano y que seas Tú conmigo acompañándome en cada una de las actividades que yo realice este nuevo día. Hoy solo miraré al mundo con ojos llenos de esperanza y alegría, viviré con mucha fe y con la certeza de que a cada instante Tú estás a mi lado, librándome de todo mal y peligro.

Por mi parte, yo daré lo mejor de mí, trabajaré con amor y con una voluntad infatigable, pero al mismo tiempo, pondré todo en tus manos. Y sé, que aunque se presenten fuertes tormentas y tempestades, nunca debo rendirme, porque los milagros siempre llegan a aquellos que creen y se comprometen.

Amado Dios, Tú mejor que nadie conoces mis anhelos, mis alegrías y también mis batallas. Por eso elevo una oración ante Ti, para pedirte que seas guiando mis pasos y los pasos de mis seres queridos. Confiamos en Ti y en tus maravillosos designios y sabemos que Tú serás colmando nuestras vidas de dicha, prosperidad y hermosas bendiciones, Amén.

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