"EL CARBÓN APAGADO NO QUEMA, PERO MANCHA".

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Se cuenta que Sofronio, un virtuoso ciudadano romano, tenía una hija muy hermosa llamada Eulalia. En cierta ocasión su hija le pidió permiso para visitar a Luciana, una mujer con no muy buenos principios, por lo que Sofronio le negó su autorización. ¿Me crees demasiado débil?, Respondió indignada Eulalia. Sofronio, tomó un carbón apagado y le pidi ó a su hija que lo sostuviera en su mano. Al ver que la joven dudaba, el padre le aseguró que no se quemaría. Eulalia obedeció y su blanca mano se vio inmediatamente manchada. Al ver esto la joven, muy molesta, le dijo a su padre que debían tener mucho cuidado para manejar el carbón. Es verdad respondió el padre porque aunque no queman, tiznan. Lo mismo ocurre con las malas compañías y conversaciones. En muchas ocasiones creemos que el mantener conversaciones o una amistad con alguien que no tiene una vida correcta, que se expresa de manera inadecuada, que no acepta consejos sino que se empeña en vivir desordenadamente no nos afectará. Si b

Oración para el sábado 16 de febrero.



Amado Dios, gracias por regalarme un día más de vida, por permitirme ver este maravilloso amanecer que emociona a mis ojos, gracias por estar siempre a mi lado y por despertarme nuevamente con la cálida brisa de tu amor bendito.
Padre amado, dueño de la eternidad y el tiempo, tuyos son el día y la noche, el pasado y el futuro. Hoy al empezar un día más, detengo mi vida y elevo esta oración, pidiéndote que dejes caer tu manto protector sobre mi alma, cual escudo de amor que me resguarde durante este sábado.

Bendíceme con trabajo para construir prosperidad, ilumina mi mente para saber tomar las decisiones correctas, dame solvencia para no necesitar prestado y líbrame siempre de todo mal.

Amado Dios, te pido que en este nuevo día me ayudes a cerrar mis oídos ante ofensas que sin medir su daño puedan ser lanzadas contra mí, regálame un poco de tu paz y alegría, aleja de mis labios las palabras mentirosas, egoístas, hirientes y mordaces.

Por favor tómame de la mano, bendice mi andar, protege mi vida y la vida de mi familia. Te suplico que nos colmes de alegría, sabiduría, bondad y nos des un corazón noble que sepa la importancia de dar de manera desinteresada.

Padre celestial, te agradezco porque en tu santo nombre avanzo sin temor a las adversidades que se puedan presentar en mi camino. Te agradezco por las cientos de bendiciones con las que me colmas día a día, por los alimentos que con amor me brindas, por el cálido techo que me cobija, por una familia amorosa y por el don de la salud.

Señor, no me queda nada más que dar gracias porque escuchas mis oraciones y siempre me das hermosas respuestas; yo estoy muy agradecido contigo y por eso te serviré fielmente. Gracias por librarme de todo mal Padre amado y por darme tu amor incondicional que me hace tan feliz; gracias por concederme el hermoso regalo de la vida y porque siempre puedo sentir tu presencia cerca de mi senda, Amén.

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