"EL CARBÓN APAGADO NO QUEMA, PERO MANCHA".

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Se cuenta que Sofronio, un virtuoso ciudadano romano, tenía una hija muy hermosa llamada Eulalia. En cierta ocasión su hija le pidió permiso para visitar a Luciana, una mujer con no muy buenos principios, por lo que Sofronio le negó su autorización. ¿Me crees demasiado débil?, Respondió indignada Eulalia. Sofronio, tomó un carbón apagado y le pidi ó a su hija que lo sostuviera en su mano. Al ver que la joven dudaba, el padre le aseguró que no se quemaría. Eulalia obedeció y su blanca mano se vio inmediatamente manchada. Al ver esto la joven, muy molesta, le dijo a su padre que debían tener mucho cuidado para manejar el carbón. Es verdad respondió el padre porque aunque no queman, tiznan. Lo mismo ocurre con las malas compañías y conversaciones. En muchas ocasiones creemos que el mantener conversaciones o una amistad con alguien que no tiene una vida correcta, que se expresa de manera inadecuada, que no acepta consejos sino que se empeña en vivir desordenadamente no nos afectará. Si b

Oración para el sábado 20 de junio de 2020.


Amado Dios, hoy despierto lleno de entusiasmo y alegría para darte gracias por el nuevo día. Tú eres un proveedor bondadoso y generoso y es gracias a Ti que tenemos la vida, la salud, nunca faltan alimentos en mi hogar y hoy me puedo despertar a sembrar con amor las semillas que me darán frutos en el día de mañana.

Gracias por el sol que brilla y por todas las hermosas bendiciones con las que Tú colmas mi vida. Por medio de esta oración quiero poner en tus manos mis anhelos, mi destino y todas mis obligaciones.

 

Señor, cada nuevo día que pasa necesito más de Ti. Te suplico que mires mi vida y mis necesidades. Dame la fuerza y la sabiduría para alcanzar mis objetivos, enséñame a ser paciente, humilde, justo y bondadoso.

Por favor orienta cada uno de mis pasos, pues yo confío en Ti y en tu palabra y sé que Tú me llevas por sendas de éxito, dicha y prosperidad. Padre, nunca te apartes de mi vida, pues cada día que pasa necesito más de Ti.

 

Señor de bondad, otórgame la dicha de vivir una vida tranquila, plena, prospera y abundante. Ayúdame a obrar con buenas intenciones que nazcan desde lo más profundo de mi corazón, permíteme ser una persona justa y haz que aquellos que se acerquen a mí también puedan experimentar un poco de tu divina presencia.

 

Te pido también por mi bienestar y por el bienestar de mi familia. Por favor mantennos a salvo de todo mal, de las injusticias, de las palabras que lastiman y del enemigo mal intencionado.

 

Amado Dios, qué bello es poder empezar cada día con la seguridad de que Tú escuchas mi oración y otorgas respuestas a mis honestas suplicas. A tu poderoso nombre encomiendo cada una de las actividades que haga en este día, pues confío en Ti y en tus promesas, Amén.

 


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